¿Qué sucede si un patrón no se repite pero tiene un orden de largo alcance? Mi trabajo investiga patrones no repetitivos en pinturas, esculturas de luz e instalaciones. El material fuente de las interminables permutaciones en mi trabajo proviene de las propiedades de auto-similitud, es decir, la misma forma en diferentes escalas. Los fractales son el ejemplo más común de auto-similitud. Menos comunes son los patrones de cuasicristales que utilizan simetría rotacional con un conjunto complicado de reglas para lograr la auto-similitud. La repetición de la diferencia es un medio de transformación. Descriptivo y evocador, el patrón es una imitación del infinito.

 

Mi trabajo busca revelar conexiones entre una variedad de disciplinas: ciencia de materiales, astrofísica, matemáticas y arquitectura islámica medieval. En la década de 1980, el cuasicristal, una aleación de aluminio y magnesio, se creó accidentalmente en un laboratorio. Ese mismo material fue descubierto en un meteorito en la década de 1990. Los cuasicristales se encuentran en algún lugar entre una sustancia cristalina y amorfa que utiliza la misma simetría de rotación de cinco veces que también se encuentra en el mosaico de Penrose matemático. El mosaico de Penrose, descubierto en la década de 1970, llena un plano sin espacios, utilizando dos formas de rombos y nunca se repite. Algunos aspectos del diseño de azulejos islámicos medievales se basaron en una simetría rotacional de cinco y diez veces, considerada un cuasicristal mucho antes de que se hiciera cualquiera de estos descubrimientos.

 

Estos patrones canalizan un significado más profundo que trasciende lo meramente decorativo. Si los patrones de cuasicristales impregnan un período tan amplio de tiempo, material y cultura, ¿podríamos estar aprovechando algo mucho más grande que nosotros mismos? Carl Sagan dijo una vez: "Todos estamos hechos de estrellas". Ese anhelo de conexión con los orígenes de la creación es la fuerza impulsora detrás de todo mi trabajo.